Tras largas semanas confinados, en las que la incertidumbre y la búsqueda de soluciones ha estado presente en el mundo de la empresa, nos estamos encontrando varios escenarios.
Hoy quisiera hacer hincapié en dos de los extremos.
- Por un lado, nos estamos encontrando con equipos que han vuelto al día a día de esta “nueva normalidad” con ánimos, compromiso y fuerza. Renovados, contentos y predispuestos al éxito y a sacar adelante los retos actuales y futuros.
- Por otro, personas con baja energía, desganadas, desorientadas y que proyectan ese estado de ánimo en su desempeño y en el trato al cliente.
A lo largo del confinamiento, desde TalentÁrea hemos trasladado públicamente a través de webinars, redes sociales y entrevistas en radio la importancia del cuidado y la cercanía en una situación tan complicada.
Lo que nos hemos encontrado ahora, como decíamos, con equipos muy enchufados y otros mucho menos animados es en parte consecuencia de la gestión de personas durante el confinamiento. Y es que las organizaciones que hayan dejado de lado o se hayan alejado de su gente, están sufriendo.
Sin embargo, aquellas que han colocado el foco en su activo más importante, las personas, están logrando recuperar el terreno perdido y retomar la senda de los buenos resultados.
Cada vez es más importante retomar los básicos del liderazgo. La cercanía, escucha, empatía y apoyo se han vuelto imprescindibles.
Si lo que te estás encontrando en tu equipo no es una respuesta positiva, une los puntos hacia atrás porque puede que, cuando más te necesitaban, tú no estabas. Y, atención. Muchas personas están aún dentro de un ERTE. Y siguen esperando saber cuál es la situación, cómo está la empresa y, sobre todo, te siguen esperando a ti.