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Liderazgo situacional: cómo sacar lo mejor de tu equipo

24 enero, 2024
liderazgo situacional

Como mánager de equipos puede que ya hayas leído mucho sobre liderazgo, incluso sobre liderazgo situacional. Tipos, modelos, teorías y estrategias que pretenden encontrar el modo perfecto de liderar equipos, cualquier equipo. Un modelo definitivo para gobernarlos a todos.

Suena bien (más o menos), pero ya habrás comprobado por tu propia experiencia particular que las cosas no funcionan así. Si hay una variable que prima sobre todas las demás en cualquier compañía (o, al menos, que debería primar) son las personas que la conforman.

Y, sea una suerte o una desgracia, cada persona es un mundo. Cada uno tiene un modo de trabajar, unos puntos de dolor y una manera concreta de motivarse. Lo ideal sería que todas las personas de tu equipo encontrasen la motivación exactamente en las mismas estrategias, pero ¿verdad que no es así? Unos trabajan bien bajo presión y otros se derrumban. Unos prefieren delegar sus tareas y otros ser en quien se delega. Algunos se motivarán con incentivos salariales y otros no.

Si el management fuese algo tan sencillo, ni tú ni nosotros estaríamos aquí ahora mismo.

Pero tenemos una buena noticia: hemos encontrado, por fin, un modelo de liderazgo que nos ha convencido sobre todos los demás, uno que no vende una fórmula secreta universal pero que da las claves para sacar lo mejor de cada uno de los miembros de tu equipo, aumentando su bienestar y su rendimiento.

Qué es el liderazgo situacional

A lo largo de la historia ha habido decenas, si no cientos, de teorías sobre management: liderazgo laissez-faire, autocrático, transaccional, democrático, visionario, afiliativo…

Ante esta desproporcionada cantidad de teorías, Paul Hersey y Ken Blanchard plantearon en 1969 el liderazgo situacional, presentado en su libro «Administración del comportamiento organizacional«. Pero, ¿qué es el liderazgo situacional?

El liderazgo situacional se define como un nuevo modelo de gestión de equipos basado en la adaptación de las estrategias de liderazgo del mánager al propio empleado. Es decir, Hersey y Blanchard plantean un modelo en el que la persona que lidera el equipo debe tener la flexibilidad suficiente para saber adaptar su estilo de liderazgo a la situación, al contexto y al empleado.

Este teoría se basa, precisamente, en la necesidad de definir un modelo polivalente y versátil, poniendo de manifiesto que un solo estilo de liderazgo nunca va a ser funcional para todo el mundo.

Que características identifican al líder situacional

Esto del liderazgo situacional parece bastante superfluo y generalista cuando lo descubres, básicamente te dice que no hay un modo correcto de liderar y que debes adaptarte a cada persona. Pero eso ya lo suponías, ¿no? Quizá lo que buscabas eran líneas de actuación y consejos, y no especulaciones e hipótesis de cómo hacer bien tu trabajo.

Por suerte, eso es exactamente lo mismo que buscamos nosotros. Las maneras de llevar a la práctica una teoría que, en principio, parece bastante más acertada y honesta que todas las que hemos conocido hasta ahora.

Si quieres convertirte en un líder situacional, estas son las soft skills y cualidades en las que deberías plantearte trabajar:

Adhesión al cambio

Si eres una persona a la que le gustan las rutinas y las metodologías repetitivas, vas a tener que trabajar en ello si quieres aplicar el liderazgo situacional con tu equipo. Necesitarás tener cierta facilidad para adaptarte y acabar con tu aversión o miedo al cambio.

Capacidad de resolución

Por todos los cambios que implica el liderazgo situacional, lo ideal sería que el mánager tuviese cierta agilidad en la resolución de posibles problemas o inconvenientes inmediatos.

Adaptabilidad y flexibilidad

Por supuesto, para un líder situacional es primordial tener capacidad de adaptación y ser flexible en sus metodologías: recordemos que tendrá que saber adaptarse a cada miembro de su equipo.

Comunicación interna y externa

Sin una buena comunicación transversal, lo más sencillo es que todos esos pequeños cambios acaben por generar cierta confusión. Por eso, unas de las habilidades más valiosas en la aplicación del liderazgo situacional es la comunicación.

Disposición a la improvisación

Si eres de las personas que necesitan tener el día siguiente previsto, puede que te cuesta más implementar este estilo de liderazgo, ya que se basa precisamente en tener cierto nivel de improvisación o adaptación inmediata a contextos y personas.

Tipos de liderazgo situacional y ejemplos

Quizá ahora tengas un poco más claro qué es el liderazgo situacional, pero ojo, que Hersey y Blanchard no se quedaron ahí. Nos dieron unas cuentas pistas más sobre este tipo de management que desde aquí podemos utilizar como formas ideales de darle practicidad al modelo y aplicar sus ideas de liderazgo para la gestión de equipos.

Se definen 4 ‘tipos’ de liderazgo situacional, muy ligados a la cantidad de experiencia que tenga la persona del equipo en la empresa:

liderazgo situacional tipos Tipos de liderazgo situacional

Liderazgo situacional de enseñanza

Este tipo de liderazgo situacional está ligado a una fase muy temprana de la incorporación de un empleado a la compañía. La característica principal de este modelo es precisamente la enseñanza, dirigir al empleado en su camino e intentar darle el know how que probablemente le falte.

Un ejemplo ideal de liderazgo situacional de enseñanza es el propio proceso de onboarding de un empleado, donde el objetivo principal del papel del líder es enseñar y proporcionar nuevos conocimientos al trabajador.

Liderazgo situacional de preparación

Un poco más adelante en la línea temporal está el liderazgo basado en preparar. Una vez el miembro del equipo ha superado su onboarding y tiene un poco más de experiencia en la empresa, es hora de pasar de la teoría a la práctica. Ya le has enseñado todo lo que debe saber para cubrir las funciones de su puesto, pero ahora le falta el último acompañamiento antes de volar del nido.

Como ejemplo práctico del liderazgo situacional de preparación, imagina al mismo empleado del ejemplo anterior. Lleva ya 3 meses en la compañía recibiendo un management más orientado a la enseñanza y la teoría, pero en unas semanas tendrá su primera reunión con un cliente. En este caso, tu manera de liderar deberá tener como objetivo prepararle para esta y otras situaciones similares. Esto implicará darle cierta autonomía y delegar ciertas tareas en él, aumentando así su confianza en sí mismo y su autopercepción de sus capacidades.

Liderazgo situacional de apoyo

Ya estamos en una etapa de mayor madurez del equipo, en la que el empleado concreto tiene experiencia en la empresa y ya se ha enfrentado a situaciones que han requerido de él un nivel más elevado de aptitudes y conocimientos. Como consecuencia, o bien no ha sabido sobrellevar la situación, o ha ganado en autonomía y autoconcepto.

En ambos casos la idea de liderazgo aquí es apoyar al empleado. En caso de desmotivación o incluso burnout laboral la idea sería apoyarle e intentar identificar dónde están las carencias para poder proporcionarle ayuda. ¿Le falta formación, actitud, acompañamiento? Si no hay carencias, es probable que exista mayor motivación y, por tanto, mayor y mejor rendimiento. Tu labor en este caso sigue siendo apoyar y acompañar para dar paso a la siguiente fase de su plan de carrera.

Liderazgo situacional de delegación

Nos encontramos en la última fase y, para el líder, seguramente la más deseable. En este momento la experiencia del subordinado es amplia, sus conocimientos han adquirido un nivel alto y su autonomía se ha visto incrementada. Este es el momento que todo el que se ha dedicado al management teme y desea a partes iguales: toca delegar.

Como ejemplo de liderazgo situacional de delegación, imagina que tu empleado lleva ya varios años en la compañía. Es aquella persona a la que todo el mundo recurre cuando su mánager no se encuentra presente y sabe resolver conflictos y situaciones inmediatas. Tu papel aquí no es otro que el de delegar. Después de años y trabajo mutuo, ambos podéis confiar plenamente el uno en el otro. El empleado necesita autonomía, y tú debes dársela para generar confianza y aumentar la estima de su rol dentro de la empresa.

Cómo aplicar el liderazgo situacional al mundo real

Sobre el papel todo queda muy claro, pero después de recopilar tanta teoría a nosotros no nos quedaba del todo claro cómo aplicar el liderazgo situacional a la vida real: adaptarse a todos y a todo sin ningún criterio claro.

Por eso, desde TalentÁrea hemos decidido añadir una variable más a la ecuación, una que creemos que es vital cuando hablamos de equipos y sobre la que ya hemos divagado en posts anteriores: la motivación del equipo.

Cuando algo tan importante entra en juego y se cruza con la propia experiencia del empleado, nos encontramos con cuatro situaciones posibles.

como aplicar liderazgo situacional

Matriz de aplicación del liderazgo situacional

En esta matriz vemos cómo estas situaciones encajan con los estilos de liderazgo situacional que hemos visto en el apartado anterior, dando por tanto un sentido más práctico a toda esa teoría y, lo más importante, proporcionándonos un motivo para elegir este tipo de management.

¿Se trata de aprender y manejar a la perfección cientos de estilos de liderazgo? ¿De conocer cada detalle de cada uno de tus empleados para saber cuál y cuándo aplicar cada management a cada persona? ¿De no tener una identidad propia como líder? En nuestra opinión, esto no funcionaría.

La única forma útil y práctica que hemos encontrado de aplicar el liderazgo situacional al mundo real es esta matriz.

¿Tu empleado acaba de entrar en la compañía y tiene muchas ganas de demostrar su potencial? Enséñale.

¿Empieza a adquirir conocimientos teóricos del onboarding pero le falta recorrido? Prepárale.

¿Ya tiene experiencia pero le falta autonomía y motivación? Apóyale.

¿Es sénior y tiene el conocimiento y la motivación para desempeñar sus funciones de forma autónoma? Delega en él.

Ventajas y desventajas de este tipo de liderazgo

Visto así, parece que no suena nada mal, pero como todo en la vida, tiene sus pros y sus contras.

Ventajas del liderazgo situacional

Coloca a las personas en el centro

En TalentÁrea somos muy partidarios de defender que las personas de una organización son el centro de todo, y este estilo de liderazgo parece darnos la razón. Con él todo se centra en el equipo y en sus necesidades.

Cuida el talento y previene la rotación

Precisamente como consecuencia de la primera ventaja, es muy probable que aplicando el liderazgo situacional logres mejorar la experiencia de empleado en tu compañía, disminuyendo la rotación.

Mejora la eficiencia y la productividad

Puesto que el liderazgo situacional se adapta al momento productivo en el que se encuentra el empleado en cada fase de su paso por la empresa, puede que esta adaptabilidad se traduzca en una mayor eficiencia del equipo, al recibir un liderazgo acorde a su situación.

Inconvenientes del liderazgo situacional

Confusión entre los empleados

El cambio de estilo de liderazgo en el mánager puede generar confusión en el equipo, no llegando a comprender el todo el tipo de mánager que tienen y, por tanto, no sabiendo cómo abordarlo.

Responsabilidad del líder

En el liderazgo situacional el 100% de la responsabilidad recae en el líder: será él quien tenga que investigar, estudiar y adaptarse a cada miembro de su equipo.

Puede fomentar desigualdades

Por propia definición, el liderazgo situacional exige que el líder se comporte de un modo distinto con cada miembro del equipo. Esto, dependiendo de preferencias, puede llegar a generar fricciones dada la desigualdad de trato.

Conclusiones

En conclusión, el liderazgo situacional se presenta como una herramienta valiosa para los mánagers que buscan maximizar el rendimiento y bienestar de su equipo. En un mundo donde cada miembro del equipo es único, este enfoque reconoce la diversidad de estilos de trabajo, motivaciones y necesidades.

Adaptándose y siendo flexible, el líder situacional puede guiar a su equipo desde la enseñanza inicial hasta la delegación avanzada, ajustándose a las distintas etapas de desarrollo de cada empleado.

Y, aunque su implementación presenta ciertos desafíos, creemos que la matriz que hemos propuesto ofrece una guía práctica para aplicar este modelo en situaciones del mundo real.

En definitiva, el liderazgo situacional destaca por poner a las personas en el centro, cuidar el talento y mejorar la eficiencia, aunque es crucial que los líderes asuman la responsabilidad de manejar posibles confusiones y desigualdades que puedan surgir.